Les pregaries i rogatives públiques del 5 de maig de 1878 a la verge de Puigcerver van propiciar “abundant i benèfica pluja… quedant així socorreguda i gairebé assegurada la collita”. Uns fets que causaren un fort impacte en les ànimes i es van recordar durant llarg temps. La crònica d’aquestes rogatives —llargues i fervoroses — La publicà ran mateix de la seva celebració i encara amb l’emoció del moment al «BOLETIN OFICIAL del Arzobispado de Tarragona», del 30 de maig de 1878, escrita pel Beneficiat-Vicari, Mn. Joan Morell, qui dóna una descripció detallada de les mateixes.
PREGARIES DE 5 DE MAIG DE 1878
Alforja, 6 de Mayo de 1878 Excmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo.
Viendo los habitantes de Alforja que, a pesar de haberse presentado todas las señales de lluvia y haberse hecho rogativas públicas en la mayor parte de los pueblos del Arzobispado, el cielo se negaba a regar sus cosechas, que por momentos iban perdiéndose, resolvieron implorar en forma de rogativas públicas la poderosa protección de su Madre la Virgen de Puigcerver, principiándose al efecto una novena de preparación el día 28 de abril, durante la cual grandes y pequeños purificaron sus conciencias por la mariana, Ilenando por la noche su espacioso templo, por mas que los campesinos llegaran fatigados de sus trabajos.”
A las 3 de la tarde cuando se colocó la imagen de la virgen en la carroza, las fuentes de la villa empezaron, a manar abundante y cristalina agua
El día 4 del presente, 7° de la novena; se bajó la milagrosa Virgen de su trono para colocarla en su carroza procesional. Sería cosa de las 3 de la tarde cuando se colocó la imagen en la carroza, y a la misma hora poco mas o menos, las fuentes de la villa empezaron, a manar abundante y cristalina agua. Si hubiese sido cosa natural, a lo menos en alguno de los pueblos circundantes se habría observado cosa semejante.
Llegada la mañana del día 5, ‘día destinado para pasear procesionalmente la Virgen por todas las calles de su predilecta villa, lós confesionarios se vieron rodeados de fieles, quedando todavía no pocos que confesaron y comulgaron el día siguiente.
A las 9 y media principió un solemnísimo oficio en el cual el P. Domingo Ramonet dirigió la palabra a la numerosa concurrencia animándola a confiar en María, porque podía y quería consolar con la benéfica lluvia a sus queridos hijos de Alforja. Al manifestar con textos de la Sagrada Escritura, testimonios de los SS. Padres y sobre todo al patentizar lo que padece y hace una madre al ver las necesidades de sus hijos y aplicándolo a la Virgen María, predicador y predicados no pudieron contener la emoción de sus corazones. Las lágrimas de los hijos derramadas en el templo obligaron sin duda a la Mare de Dios a dejar caer algunas gotitas de agua sobre los campos de Alforja y otros pueblos del Arzobispado.
Las lágrimas de los hijos derramadas en el templo obligaron sin duda a la Mare de Dios a dejar caer algunas gotitas de agua sobre los campos de Alforja
Llega la hora de la procesión; llueve algún tanto; la gente no cabe en la iglesia. «i,Què fem?» preguntan algunos… «Per aigua anem «contestan todos». Callan las campanas y, al grito lloroso de aquellos enternecidos corazones: «Verge Santíssima de Puigcerver, doneu-nos aigua si ens convé». Abre la cruz procesional , siguen tras el a con su pendon os niños de las escuelas con velas en las manos, con coronas de penitencia, en sus cabezas; bajo uno de los pendones de la Virgen de Puigcerver viene a continuación el pueblo, después unos 100 niños con vesta abrian paso a la cofradía de la Sangre, acompariando también con vestas a su respetuosa imagen de J.C. crucificado; se oye ya una tierna y penitente música, se descubren unas 150 doncellas con sus crucifijos unas y otras con cintas en las manos; sale la veinticuatrena de la Virgen, tras ellos la carroza con la santa imagen de María, rodeada de sacerdotes vestidos con albas, siguen el Rdo. Parroco y magnífico Ayuntamiento, cerrando la procesión un gran número de mujeres.
Ver tanta gente reunida, descalzos unos, con brazos en cruz y una vela en cada mano otros; encontrar aquí uno con una pesada cruz en sus hombros, allí otros con las insignias dè penitencia, sacerdotes ancianos de mas de 80 años, medio descalzos… y el oir por todas partes y por centenares de voces de hombres, mujeres y niños: «Verge Santíssima de Puigcerver, do-neu-nos aigua si ens convé», confieso a V.E.I. que, no solo me hicieron derramar abundantes lágrimas, sino que hasta me obligaron a retirarme antes de tiempo de la iglesia por no poder resistir mas mi ya entristecido corazón.
… la causa de estas aflicciones y miserias era el pecado, la degeneración de las costumbres y la mengua de la devoción a la Virgen de Puigcerver
Reunida toda la procesión de la iglesia y algunos fuera, por no caber en ella, ocupó otra vez el púlpito el Rdo. P. Domingo Ramonet; pinta con los mas tristes colores el presente y el porvenir de nuestros pueblos si las lluvias no vienen pronto a regar los campos, hacer correr los ríos y manar las fuentes: dijo que la causa de estas aflicciones y miserias era el pecado, la degeneración de las costumbres y la mengua de la devoción a la Virgen de Puigcerver, añadió que si nos arrepentíamos y prometíamos en lo venidero cumplir fielmente la Ley de Dios, la Santísima Virgen nos alcanzaría la lluvia y una abundante cosecha.
Al preguntar al pueblo si quería ser hijo de la Virgen de Puigcerver respondieron todos enternecidos: «Sí, pare…»
Al preguntar al pueblo si quería ser hijo de la Virgen de Puigcerver respondieron todos enternecidos: «Sí, pare…» Pero para ser buen hijo de la Virgen es necesario no blasfemar nunca jamas, no hablar ni hacer cosas deshonestas, dejar las reuniones peligrosas y asistir mas a la iglesia. Preguntó: estáis dispuestos a cumplirlo? Volvieron a responder fervorosos: «Sí, pare».
Mientras el predicador enardecía los fieles, la Virgen de Puigcerver, mandaba a las nubes que, en vez de lloviznar como hizo durante toda la procesión, dieran abundante y benéfica lluvia a sus amados hijos hasta media noche, quedando así socorrida y casi asegurada la cosecha.
Mientras el predicador enardecía los fieles, la Virgen de Puigcerver, mandaba a las nubes que, en vez de lloviznar como hizo durante toda la procesión, dieran abundante y benéfica lluvia…
Si S.E.I. juzga conveniente hacer poner la presente en el Boletín para aumentar mas la devoción hacia Maria y para bien de las almas, puesto que tales hechos son dignos de ser reconocidos como verdadero milagro. Le quedarán agradecidos una vez mas todos los devotos de la Virgen de Puigcerver, pero muy particularmente este indigno capellán y súbdito fiel Q.B. el A. de V.E.I.
Juan Morell, Beneficiado-Coadjuntor
Nota: Altres rogatives a la Verge de Puigcerver van tenir lloc el 26 de juliol de 1896 i el 18 de febrer de 1905. Les últimes rogatives públiques per aigua celebrades per la parròquia d’Alforja van ser les que tingueren lloc a Puigcerver el dia 5 d’agost de 1925 durant la festa a la Verge, la qual es va traslladar l’any 1973 al primer diumenge d’agost, per tal de facilitar l’assistència dels fidels. No es recorda des de llavors recórrer a tal sort per procurar aigua als nostres camps. Tal com anem pot ser que sigui hora d’intentar-ho novament, per provar-ho no es perd res.
Alforja Stark
